Los tres registros polínicos de La Codera, adscritos al siglo VI a.C. reflejan unas condiciones medioambientales de carácter mediterráneo. El paisaje en el entorno del poblado era un paisaje abierto con una limitada cubierta arbórea caracterizada en el registro más antiguo, por un predominio del encinar-coscojar. La continua presión humana sobre su entorno supondrá un mayor deterioro de la masa boscosa y esta afección implicará que especies colonizadoras como el pino o que taxones arbustivos como el enebro aprovechen la degradación del bosque maduro y se extiendan.