Al este de los restos de la Edad
del Hierro hay una pequeña elevación
a cuyo alrededor se encuentran numerosos fragmentos
de cerámica ibérica y son visibles restos
de muros que corresponden a un poblado de esta época.
La erosión del terreno hace difícil establecer
los límites de este poblado, que se encuentra
protegido por las laderas del asentamiento del Hierro
y unas pequeñas elevaciones situadas al norte
y al sur del emplazamiento, que se abre naturalmente
hacia el este, es decir hacia el río Cinca, del
que dista unos 500 metros.
Hasta el momento se ha efectuado un pequeño sondeo
que ha deparado el hallazgo de un muro de doble paramento
y un enlosado superpuesto a un suelo de arcilla apisonada.
Los materiales recuperados son escasos correspondiendo
a cerámica
común ibérica y algún fragmento
con la decoración pintada característica
de bandas y semicírculos concéntricos.
También se ha recogido un pondus de arcilla rojiza
de pequeño tamaño.
Por los datos obtenidos hasta el momento y a falta de
referencias que permitan una mayor precisión
cronológica, puede fecharse este asentamiento
en torno a los siglos II a.C.