Lo más notable de este conjunto
es que las estructuras se disponen ordenadamente de
forma regular según un plan predeterminado, dejando entre los
túmulos unos pasillos o “calles”
por los que circular cómodamente. Como consecuencia
de esta planificación están todos orientados
hacia el punto de ocaso en el solsticio de verano, es
decir el lugar de ocultación del sol en los días
más largos del año.
Todos los túmulos rectangulares van provistos
de estelas colocadas en los ángulos y en ocasiones
también en el punto medio de los lados. Al igual
que en la necrópolis NW se constata la ausencia
de recipientes para los restos de la incineración
(cremación) del cadáver, depositándose
éstos en un pequeño hoyo
(loculus) practicado en el suelo. Uno de los elementos
diferenciadores entre los dos conjuntos es que en éste
no hay relleno de piedras sino un enlosado
de lajas que adquiere una disposición circular
en el centro de la estructura, justo en el lugar en
que se encuentra el hoyo con los restos del difunto.
A unos 400 metros al oeste del
poblado se encuentra un pequeño grupo de túmulos
preservados milagrosamente del nivelamiento del terreno
que lo circunda. Las estructuras conservadas son 23,
la mayoría de planta rectangular
y sólo seis circulares.